Las restricciones de movilidad, producción y distribución de productos por la expansión del COVID-19 han impulsado a distintos sectores a innovar en sus procesos de negocio para continuar funcionando a pesar de la contingencia. Una tecnología que ha mostrado sus beneficios por la posibilidad de conexión sin la mediación humana ha sido el Internet de las Cosas (IoT, por su sigla en inglés).
El IoT hace referencia a los vehículos, dispositivos móviles o electrodomésticos, que usan sensores y APIs para intercambiar información por internet y obtener datos en tiempo real. Algunos ejemplos de uso del Internet de las Cosas se encuentran en los hogares inteligentes, pero también están dentro de las fábricas al poder llevar un monitoreo remoto o hacer mantenimiento predictivo. Su aplicación es tan efectiva que, no en vano, más del 80% de las empresas de fabricación industrial están usando o planean usar dispositivos de IoT, tal y como lo reveló el informe de la firma ZDNet.
Un caso de éxito en la aplicación del IoT es Bosch, la multinacional de ingeniería y tecnología, que con la incorporación de la conectividad al interior de sus fábricas desde 2012 ha logrado mejorar su productividad en un 25%. Además, esta tecnología le ha permitido, en tiempos de aislamiento, continuar con su funcionamiento así como realizar mantenimiento y monitoreo a distancia de cada una de las máquinas.
Coca Cola es otra compañía que destaca en la implementación innovadora de los dispositivos inteligentes, pues en 2019 obtuvo el Premio al Mejor Proyecto de Energía del Año, otorgado por la Asociación Internacional de Ingenieros Energéticos (AEE), gracias a su sistema de iluminación inteligente. La instalación realizada, además de reducir el consumo, sitúa a los sistemas de iluminación entre las herramientas de gestión de inteligencia empresarial.
“Uno de los mayores beneficios del IoT es la eficiencia que puede ofrecer. Muchas empresas la usan para automatizar los negocios y los procesos de fabricación, monitorear y controlar de manera remota las operaciones, optimizar las cadenas de suministro y conservar los recursos dependiendo de cada industria, y en otras son claves para el monitoreo continuo de indicadores que permitan la toma de decisiones en el momento adecuado para adelantarse a cualquier alerta que puedan recibir de dichos dispositivos.”, afirmó Marcelo Gamboa, Director de Soluciones de SAP Región Norte de América Latina y el Caribe.
De acuerdo con McKinsey Global Institute, el Internet de las Cosas va mucho más allá de lo que imaginamos y puede traer beneficios significativos en pro de la seguridad mundial, la productividad y la salud. De igual manera, el instituto resalta que el plazo para poder ver los resultados de la implementación de la tecnología en las sociedades puede ser más largo de lo esperado.
A pesar de que la adopción total de herramientas tecnológicas puede demorar, la firma Juniper Research muestra que el IoT ha aumentado su presencia en los últimos años y que se estima que para el 2020 el mercado crezca en un 20% al alcanzar ingresos de 66.000 millones de dólares. Asimismo, el Reporte Anual de Internet de Cisco afirma que para 2023 habrá más de 29.300 millones de dispositivos en red frente a los 18.400 millones dispositivos conectados que había en 2018.
El futuro está en el IoT, especialmente si tenemos en cuenta que hoy en día el 23% de los actuales proyectos a gran escala son ciudades inteligentes, tal y como reveló IoT Analytics, y el 64% de las empresas de energía depende de su transformación tecnológica, según informó Forbes. Sin duda, será un proceso que tome tiempo, pero que sigue en constante aceleración y crecimiento.