Por: Erasmo Rojas*
El 17 de mayo de 1865 se realizó en París la Primera Convención Internacional del Telégrafo, donde representantes de más de 20 países suscribieron un convenio para organizar la red de telégrafos.
Así se creaba la organización intergubernamental más antigua del mundo, la Unión Internacional de Telégrafos, que con el tiempo pasó a ser la actual Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT), un organismo especializado de las Naciones Unidas.
Pero fue a partir de 1969 que comenzó a celebrarse, en la misma fecha del 17 de mayo, el Día Mundial de las Telecomunicaciones. Desde entonces, el sector ha atravesado profundas transformaciones, principalmente debidas al avance tecnológico.
La informática, considerada independiente de las telecomunicaciones desde hace poco tiempo, fue una pieza fundamental para el cambio de nuestra vida cotidiana, tornándola más rápida y eficaz.
En nuestro mundo actual de relaciones interpersonales cada vez más estrechas y dependientes y, por lo tanto, más necesarias desde el punto de vista social, las telecomunicaciones son el principal canal para el desarrollo económico mundial.
Un artículo publicado recientemente en el periódico The Washington Post confirmó esta tendencia. Entre 40% y 45% de los sin techo de la capital de los Estados Unidos posee y utiliza un celular.
El texto relata que, curiosamente, un ex marginado sin techo, que había perdido su empleo por no poder ser ubicado por su ex jefe, se compró un teléfono móvil para sus nuevos trabajos ocasionales, en uno de los cuales llegó a ser ascendido.
En muchos de nuestros países de América Latina, la penetración móvil marcha a grandes pasos, pero aún no alcanza los parámetros regionales: Uruguay y Venezuela tienen aproximadamente 100% de “penetración móvil”. Argentina llegó a 106% en abril de 2009. Son indicadores de que aún hay una brecha por cubrir.
Esto demuestra que en America Latina aún hay una brecha por conquistar. La exclusión digital divide a ricos de pobres, a hombres de mujeres, a jóvenes de ancianos. Claramente, hacia el futuro el desafío de ayudar a todos a comunicarse de manera más eficiente es enorme.
El desarrollo de la tecnología 3G –la tercera generación de los teléfonos celulares– en America Latina fue fomentado aún a pesar de la crisis mundial.
El compromiso queda demostrado por parte de 3G de ayudar a construir una sociedad de la información más moderna, que estimule la comunicación en todo el mundo.
Hoy, muchas personas serían incapaces de imaginar su vida sin la utilización de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) cada vez más sofisticadas, desde la televisión hasta Internet, pasando por el teléfono móvil.
Mientras tanto, para millones de habitantes de los países más pobres del mundo, continúa existiendo una brecha que los priva de utilizar los beneficios más actuales. Es parte de lo que busca 3G ayudar a que estas tecnologías sean más accesibles para un mayor número de usuarios.
Entre los países medidos con la misma metodología, en América Latina, Brasil registró el mayor tiempo de navegación en hogares: 26h15. Los países que más se aproximaron fueron el Reino Unido (25h), Francia (24h) y Alemania (23h53).
Por eso, las tecnologías a precios compatibles pueden ser motores de cambio eficaces, tanto en términos del acceso a la información como a los conocimientos tecnológicos.
Es esencial que el mundo supere la crisis actual. Para ello, debemos forjar asociaciones mundiales entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil en pos del desarrollo.
El Día Mundial de las Telecomunicaciones es una fecha oportuna para que miremos al sector con el fin de evaluarlo y abrir así el camino a una era que se caracterice por ser realmente abierta, inclusiva y próspera.
*El autor es director de 3G Américas para América Latina y el Caribe.