Guillermo A. Mata
Cortesia: Intel
Cuando las computadoras de escritorio se acercan al final de su vida útil, los tomadores de decisiones en las empresas se encuentran ante una disyuntiva: renovar toda la flota de computadoras de escritorio o aplazar ese compromiso para el cierre del próximo año fiscal, con el incremento de los gastos que eso significa. Pero ¿cómo saber cuál es el momento justo de renovar la tecnología para hacer más rentables los negocios?
Lo importante es atreverse a dar el próximo paso cuanto antes. Para simplificar esa difícil decisión, aprovechamos una comparación entre las viejas computadoras de escritorio (Legacy Desktop Tower, 5 años de antigüedad) y sus posibles relevos, la PC All in One y el Mini Desktop.
Los beneficios de reemplazar la tecnología de la oficina en el momento adecuado son muchos; todos ellos, de vital importancia para garantizar el éxito de los negocios. Una productividad exponencialmente superior, mayor potencia con menor consumo de energía, reducción de costos por reparación de los equipos y el beneficio que la tecnología touch aporta a los empleados, dan como resultado un combo incontrastable.
Tanto la All in One como la Mini Desktop son equipos compactos, veloces y económicos, con capacidad superior de procesamiento y almacenamiento respecto de su predecesor. Eso evitará, en principio, esas tediosas esperas de resolución típicas de las computadoras con demasiado tiempo de uso. Sus empleados ahorrarán valiosos minutos para llevar a cabo una misma tarea con los nuevos procesadores Intel.
Todo eso se traduce en un incremento sustancial de la productividad, que en el caso de la PC All in One supera el 145% y se instala apenas por debajo del 115% en la Mini Desktop, según el informe de Principled Technologies desarrollado para Intel. A su vez, esto da como resultado que cada uno de los empleados estaría ganando seis minutos por día y 23 horas por año en su producción.
Si aún después de conocer esas estadísticas las dudas continúan, vale la pena revisar el ahorro de energía y el aumento de potencia que la All In One y el Mini Desktop otorgarían, siempre contrastadas con la Legacy Desktop Tower. En el caso de la All in One, el consumo de watts se reduciría hasta un 55% en actividad; el Mini Desktop reportaría un 60% menos, en promedio. Entonces, ¿por qué seguir insistiendo con la vieja computadora de escritorio?
“Aún existe el concepto erróneo de que estirando la vida de las viejas computadoras de escritorio en nuestras oficinas se abaratan costos, debido a que se ahorran los gastos de incorporar nueva tecnología, que se supone costosa. En esos cálculos, suelen dejarse fuera los beneficios que equipos como la PC All in One o la Mini Desktop podrían brindar a los negocios en el corto, mediano y largo plazo”, explicó Luigi Forestieri, Gerente de Marketing de Negocios de Intel para América Latina.
“Por ejemplo, entre muchas otras ventajas, la última tecnología Intel vPro garantiza un incremento exponencial en la productividad, reduce el gasto de energía y los costos de reparación de nuestros aparatos, incrementan la potencia de nuestras herramientas y le brindan a nuestros empleados todas las facilidades de la tecnología touch, además de ganar espacio físico en nuestras oficinas”, agregó Forestieri.
Con el relevo de lo moderno por lo ya obsoleto, el staff de trabajo se verá favorecido con la tecnología touch y conseguirá llevar a cabo la misma cantidad de tareas en menor tiempo. Además, se verán beneficiados con la portabilidad de sus herramientas de trabajo y la multiplicidad de posibles conexiones vía USB 3.0, Displayport, HDMI y Wireless.
Por último, reemplazar la flota de las antiguas computadoras de escritorio por las All in One o Mini Desktops brindará a las oficinas un mayor aprovechamiento del espacio físico, otorgando beneficios en la comodidad de quienes allí llevan a cabo sus tareas. Con todo esto, llegó el momento de dar el salto y renovar el escritorio para optimizar los negocios.
