Por: Alexandre Hohagen, Director General de Google para Latinoamerica.
Las noticias económicas recientes preanuncian que la economía mundial enfrentará una recesión que impactará directamente en los bolsillos de los consumidores y en los resultados de las empresas. Para ellos ha llegado el momento de reducir gastos superfluos y ajustarse los cinturones para enfrentar el vendaval.
La gran diferencia respecto de otras crisis recesivas mundiales es que ésta se desarrolla en el centro de una revolución digital. La cantidad de usuarios únicos de Internet en América latina alcanza los 72 millones, a los que hay que sumar quienes acceden a la red por medio de computadoras públicas tales como locutorios e Internet cafes. El año último se han realizado compras online por un monto de US$ 10.908 millones.
Los visitantes únicos a los 25 mayores sitios de la región aumentó un 29 por ciento entre Septiembre de 2007 y Septiembre de 2008, según ComScore MediaMetrix, mientras que las condiciones para el e-Commerce en la región han mejorado en un 25 por ciento en los últimos cuatro años, de acuerdo a un extenso estudio de 18 países regionales llevado adelante por Visa Inc. “Vamos bien, mañana mejor,” dijo el informe de Visa sobre 18 países estudiados de Latinoamérica y el Caribe.
En Brasil y Chile, que concentran el 45 por ciento y el 11 por ciento del e-Commerce regional respectivamente, las ventas online se duplicaron en los últimos dos años, según Visa Inc. En la Argentina, que concentra el 11 por ciento del e-Commerce regional, los accesos a Internet se duplicaron en los últimos cuatro años, según cifras de la consultora en tecnología Carrier & Asociados.
Estas tendencias no deberían verse afectadas por el enfriamiento económico global dado que a medida que la crisis aprieta, los consumidores recurrirán más a Internet en busca de precios y oportunidades. Tener menos dinero obliga a pensar para invertirlo mejor. También los internautas pasarán más tiempo online dado que es una forma económica de entretenimiento. Allí radica la posibilidad de transformar una crisis en oportunidad, para miles de empresas grandes, medianas y pequeñas.
La publicidad en línea es hoy la mejor herramienta al alcance de las empresas para mantener una fuerte presencia en la mente de los consumidores aunque sufran una reducción importante en los presupuestos de marketing. La publicidad en línea permite asimismo un control mucho mayor sobre el impacto del gasto.
En el caso de pequeñas y medianas empresas, la publicidad que acompaña los resultados de las búsquedas en Internet les permite además enfrentar a los grandes en igualdad de condiciones, dado que las búsquedas priorizan la relevancia del contenido de los avisos por sobre el monto desembolsado para publicarlos, mejorando las chances de competitividad de las pequeñas empresas.
En Google por ejemplo, los avisos no sólo responden a un criterio económico o de presupuesto sino también a la relevancia que tienen para el usuario. Esto quiere decir, por ejemplo, que una página de Internet sobre una playa caribeña ubicará mejor a un aviso de un pequeño hotel manejado familiarmente que una publicidad de una bebida gaseosa de renombre mundial.
A su vez, la publicidad online es 100 por ciento medible. Las empresas que publican avisos sólo pagan cuando un usuario hace un click sobre esos avisos y el monto que se paga lo determina la empresa en cuestión, permitiendo un control estricto sobre el gasto.
Ninguna opción publicitaria ofrece la escalabilidad de la Internet. Un pequeño aviso puede ser visto en todo el planeta. Muchos negocios de nicho pueden, a través de la Web, generar suficiente mercado como para sobrevivir y crecer. Una compañía, por pequeña que sea y por exiguo que sea su presupuesto de marketing puede salir a buscar oportunidades en el mundo. Todo lo que necesita es un buen producto o servicio y una conexión a Internet.
El caso del argentino Eduarto Tesone es interesante de destacar. Junto a su mujer, Mariela Faresi, lanzó una empresa llamada “Imantando” de juegos didácticos imantados. Con el producto en la mano, salieron a caminar y golpear puerta a puerta en los negocios de su barrio en la ciudad de Buenos Aires. En algunos meses de trabajo habían logrado que unos diez negocios vendieran sus productos.
En Septiembre de 2007, Eduardo escuchó la posibilidad de utilizar la Web para promover su negocio. En sólo tres meses ubicando avisos por medio de Google AdWords, Eduardo estaba vendiendo sus productos en negocios de toda la ciudad, en el conurbano de la ciudad de Buenos Aires y en numerosas provincias argentinas, incluyendo algunas en la distante y remota Patagonia argentina, en el sur del país. Actualmente cuenta con más de 100 tiendas que venden sus productos a lo largo y ancho del país y se encuentra tramitando una licencia de exportación para comenzar a vender en países vecinos. Su facturación se multiplicó por diez.
Es importante destacar que la utilización de Internet en tiempos de crisis es aún más auspiciosa de lo que indican los números fríos. Además de proveer el mecanismo ideal para comparar precios y encontrar oportunidades, los datos de ventas en Internet están subvalorados dado que una gran mayoría de compradores utiliza la Web para buscar productos y comparar precios pese a que posiblemente terminen cerrando la compra en un negocio real. En Brasil, un 23 por ciento de los internautas ya utilizan la Web para realizar sus compras.
Los foros y los sitios con espacios sociales se han transformado en un centro de intercambio de opiniones sobre productos.Las oportunidades están al alcance de la mano y de casi cualquier presupuesto. Salir a capturar esos mercados puede ser la diferencia entre sufrir la crisis o utilizarla para prosperar.