La velocidad con la que se transforma la industria TI en la actualidad genera en las compañías la necesidad de innovar a un ritmo acelerado y expandirse a nuevos mercados en forma constante.Muchas empresas no son capaces de realizar desarrollos propios que acompañen esta evolución, o incluso deciden focalizarse en el despliegue de ciertas tecnologías centrales de sus negocios mientras que otros desarrollos los dejan en manos de terceros. En estos casos, el proceso de concentración empresarial es una clave.
La fusión y compra o venta de empresas son elementos que permiten crecer e ingresar a nuevos mercados. Y en estos momentos, son muy necesarios. El mismo John Chambers, ex CEO de Cisco, vaticinó el año pasado que frente a la brutal consolidación de la industria TI, en los próximos años la mayoría de las empresas tecnológicas no lograrán sobrevivir.
Algo similar señalaba el investigador de la consultora Socialnomics, Erik Qualmann, para quien el 40% de las empresas del listado de Fortune 500 desaparecerá en los próximos 10 años por su incapacidad para adaptarse a los cambios.
La respuesta a esta transformación tecnológica es la concentración empresarial y el mantenimiento de los precios razonables en productos y/o servicios para poder ser competitivos y tener una cuota del mercado razonable. Todo esto tiene sus costos, y los despidos están primeros en la lista.
El despido de personal es también la salida más rápida que encuentran muchas empresas que se ven obligadas a realizar un ajuste interno cuando los ingresos no son los esperados y han sido generados por haber tomado malas decisiones, por cambio en los hábitos de consumo o el incremento en la competencia.
Un dato paradigmático de lo que sucede se puede ver en los EE.UU.: Las tecnológicas estadounidenses, termómetro del sector en el resto del mundo, acumularon un 21% de los recortes de puestos de trabajo ocurridos en el país durante el año pasado, según un informe de la consultora Challenger, Gray % Christmas.
Concentración empresarial
El recorte de empleados es una de las medidas más drásticas que genera la fusión y la compra y venta de empresas en el sector tecnológico.
Sólo en España, desde el 2008 hasta la fecha -según estimaciones de UGT-, las empresas de telecomunicaciones dejaron sin empleo a 21.000 trabajadores, lo que representa el 26% de la fuerza laboral del sector e incluso marca la peor crisis de empleo en la historia de esta industria.
Y aún quedan situaciones conflictivas por venir con el caso, por ejemplo, de Vodafone, que con la compra de ONO prevé dejar sin trabajo a casi 1300 empleados, lo que representa al 21,5% de todo el personal de la nueva compañía unificada. Según los planes que ha establecido la operadora, el 60% de los despidos afectará a empleados de la antigua Ono (780 empleados) y el 40% restante (520 trabajadores) pertenecería a Vodafone.
Pero esta decisión no se debe solo al excedente de personal luego de la compra. Los resultados financieros de la empresa también influyeron en esta decisión. Solo unas semanas atrás, la compañía informaba que sus ingresos en Europa descendieron un 1,5% en el primer trimestre. España fue un país de los más afectados: mientras ascendía en el Reino Unido un ,2% y caía un 1,2% en Alemania y un 2% en Italia, en España la baja fue de un 5,5%. Este ajuste se suma a uno que protagonizó en 2013, cuando el 14% de la plantilla de ese entonces fue despedida.
Vodafone no es la única. Otro ajuste importante este año lo estará dando Orange, cuando formalice su integración con Jazztel, que dejará a 400 personas sin empleos. La reducción de costos, parte de lo cual se logra a través de los despidos, es una opción que no pueden evitar las empresas para poder competir en un entorno cada vez más exigente.
En este proceso, no hay medidas que busquen amortiguar el impacto negativo de las compras, ni desde el punto de vista empresarial, ni tampoco desde el punto de vista gubernamental, ya que no hay entidades regulatorias o de gobierno que fijen un tope en el despido de empleados en el momento de aprobar una compra.
Un caso emblemático en la industria tecnológica es Microsoft. Este año, la empresa de Redmond confirmó que recortará 7.800 empleos, principalmente del negocio móvil de Nokia, firma que adquirió el año pasado. Lo que sucedió en este caso es que con esa fusión, a los 125.000 trabajadores de Microsoft se sumaron casi 30.000 más, una cifra superior a sus necesidades.
Este nuevo plan de despidos sigue a la reducción de 18.000 puestos de trabajo (14% de su fuerza laboral a tiempo completo) de hace casi un año. Hasta ahora, el mayor recorte de puestos realizado por Microsoft fue en 2009, cuando había despedido a 5.800 personas. El objetivo es completar la mayoría de los despidos y medidas financieras para fin de año.
Despidos más relevantes durante estos meses
Descenso de ingresos
El recorte de empleados a gran escala no es causado solo por las fusiones. Es una medida de ajuste que hoy también se genera a partir del recorte presupuestario que las empresas se ven obligadas a hacer por el descenso de las ventas en un mercado cada vez más competitivo.
Uno de los casos más recientes es el de Samsung, compañía que decidió tomar medidas drásticas por la baja de sus ventas. La empresa coreana no logra recomponerse en el mercado de smartphones frente a algunos fabricantes chinos que están irrumpiendo en esta industria, como por ejemplo Huawei y Xiaomi, y frente a la poca atracción de los consumidores hacia los nuevos Galaxy S6 de alta gama.
Incluso dejó de ser el número uno en China, el mayor mercado de smartphones a nivel global. Frente a toda esta crisis que está padeciendo, una de las medidas sería el despido de 10.000 empleados en Corea, esto es el 10% de los puestos de trabajo en dicha sede.
HTC también decidió que era el momento de reestructurarse. El fabricante taiwanés dejará sin trabajo a unos 2.300 empleados, esto es el 15% de su personal. Durante el segundo trimestre de 2015, la empresa generó ingresos por US$1,040 millones a nivel mundial; esto fue la mitad de los ingresos en el mismo período el año pasado. Cuando dio a conocer esto, un mes atrás, había anticipado que estaban viendo la forma de implementar medidas de eficiencia en la empresa para reducir los costos operativos a través de sus divisiones.
Esto es resultado de algunos actos fallidos en su intento por competir frente a dispositivos como el iPhone de Apple o la línea Galaxy de Samsung. Tampoco tuvo éxito en el mercado chino, un lugar clave en el mundo, en donde empresas como Xiaomi van ganando terreno.
El caso de Lenovo es similar en algunos aspectos. Tras anunciar que sus beneficios cayeron un 51% en el primer trimestre del año, confirmó que realizarían un recorte de empleos a gran escala. Son 3.200 puestos de trabajo, lo que significa que el 5% del personal de la empresa quedará sin empleo. Esta reestructuración supone un costo de 600 millones de dólares pero finalmente, este ajuste de la plantilla de empleados, le ahorrará 1.350 millones de dólares anuales.
Pero acá se suma el tema de Motorola Mobility, (el segmento móvil de Motorola que adquirió el año pasado), en quien caerá la reorganización de la división de móviles, centrándose en una gama de dispositivos más reducida y con productos más diferenciados para trata de genera un rápido crecimiento.
El fabricante de equipos de telecomunicaciones sueco Ericsson anunció que despedirá a 2.200 empleados en Suecia para ahorrar costos y mejorar la efectividad de la compañía.
La medida forma parte del plan presentado en noviembre pasado y por el que la compañía pretende ahorrarse 9.000 millones de coronas suecas (980 millones de euros) en costos en los próximos tres años.
El productor de procesadores Qualcomm también analizaría la reducción del 10% de su plantilla laboral de 30.000 empleados. La medida se debe a las dificultades que tiene para mantenerse en el mercado de procesadores: anunció una baja de 46% en las ganancias durante el segundo trimestre. La respuesta también está en la competencia, y más específicamente en China, con empresas como MediaTek y Spreadtrum que están ofreciendo mejores precios y son más requeridos por los fabricantes de teléfonos que están ingresando a los mercados emergentes de alta demanda.
Frente a esta realidad, la pregunta sería si es un momento de crisis para la industria tecnológica. Más que momento de crisis, la respuesta podría ser que es una etapa en la que las grandes empresas se ven obligadas a acercarse a los mercados emergentes, con nuevas propuestas y más atractivas, de bajo costo y en donde el crecimiento de la industria de servicios afecta, en mayor o menor medida, al resto.
En un mercado altamente competitivo, en el que cada vez es más difícil subsistir, el recorte presupuestario es necesario y frente al agolpamiento de empleados causado a partir de fusiones, o por la disminución en los ingresos por la falta de ventas, el despido en masa es la solución más rápida.