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Por Manuel Mandujano
Tres semanas, contadas a partir del 5 de abril de 2008, es el plazo que fijó Steve Ballmer, director general de Microsoft, a Yahoo para aceptar su propuesta de adquisición, por cierto, no solicitada.
De lo contrario, Microsoft negociará directamente con los accionistas de Yahoo, al margen del consejo directivo. Negociará con un precio de castigo, inferior a los 44,600 millones de dólares.
En lo que parece un ultimátum, Ballmer recalca que “el buscador de Yahoo! y sus páginas consultadas han decaído”.
La respuesta de Yahoo fue otra carta, fechada el 7 de abril por su director general, Jerry Yang, y su presidente, Roy J. Bostock.
En ella insisten que la propuesta de Microsoft “no responde a los intereses de los accionistas”; un posición fijada desde el 11 de febrero de 2008 cuando rechazó la oferta.
La diferencia es que ahora Yang y Bostock dicen estar dispuestos a aceptar la compra en beneficio de los accionistas de Yahoo, pero con la condición de que suba el precio; un precio que “debe reflejar el valor de Yahoo!”, incluyendo “los beneficios estratégicos que consiga Microsoft”.
También el 11 de febrero de 2008, Microsoft dio muestras de endurecer su posición para hacerse de Yahoo.
Las tres semanas se cumplen el 28 de abril del presente.
